El azafrán, la vainilla y clavo de olor son las especies con mayor presencia en las cocinas del mundo y que se utilizan más frecuentemente para condimentar o saborizar preparaciones dulces o saladas, protagonistas de las diversas culturas gastronómicas del Cultivo de azafrán
A pesar de eso, hay muchas personas que desconocen las múltiples propiedades y beneficios que el azafrán aporta a nuestra salud, que dicho sea de paso van más allá del mundo culinario y abarcan la medicina natural además de la industria farmacéutica y cosmética, en algunos casos.
¿Qué es el azafrán?
La Crocus sativus mejor conocida como azafrán es una planta bulbosa, de hojas alargadas que posee flores de color violeta con estigmas de color amarillo intenso o naranja que son los que se conocen como condimento o especia y a los que adicionalmente han sido atribuidas sin fin de facultades o propiedades curativas.
Ya teniendo claro lo que es el azafrán probablemente se tenga curiosidad acerca de su origen y este se remonta al Mediterráneo oriental y que llegó a España gracias a los árabes, para posteriormente ir expandiéndose progresivamente hasta darse a conocer en el resto de Europa Occidental. En el antiguo Egipto los faraones demostraron su adoración por esta especie que era ampliamente utilizada y como ingrediente clave para embalsamar a los muertos.
Así también los persas hicieron uso del azafrán para teñir prendas y aromatizar, mientras que los griegos lo empleaban para dar agradable esencia no solo a su ropa sino también a salones o espacios en los que hacían vida. Mucho se dice acerca de que la capa del rey Enrique VIII de Inglaterra era teñida con azafrán así como los mantos de algunos monjes budistas.
Propiedades del azafrán
Esta especie no solo posee sabor y aroma intensos y exquisitos, sino que además le han sido atribuidas, a lo largo del tiempo, extraordinarias facultades que favorecen la salud y bienestar del cuerpo humano. Además tiene un rico contenido de importantes nutrientes que van desde hidratos de carbono, proteínas, fibra, grasas, vitaminas A, D, C, B1, B2, B3, B6 y B12, minerales como magnesio, hierro, fosforo, calcio, potasio y zinc.
Entre muchas tantas se le atribuye las propiedades de favorecer la digestión de los alimentos, aumentar las secreciones salivales y producción de la bilis, prevenir aparición de cálculos renales, eliminar los gases intestinales y aliviar calambres, contracturas o espasmos.